lunes, septiembre 26
Vasos
Apelando a la espiritualidad, el cinismo, la creencia en la Pacha-Máma, la formación freudiana o lo intuición de los que me leen paso a contarles algo que me pasó este mediodía y que tiene que tener un sentido que yo no logro encontrar:
Suelo hacer libre asociación de ideas mientras voy caminando por la calle y en mi condición de aficionada a la fotografía también suelo ir viendo potenciales fotos.
Así, iba recorriendo las calles que separan la parada del autobús de mi casa cuando veo un vaso de plástico tirado. El poco vino tinto que le quedaba dentro se volcaba y la mancha que formaba parecía sangre. Hice un click! mental y titulé la foto.
Seguí caminado pensando en vasos, en el capítulo ése de "Friends" en el que Phoebe está a cargo de los vasos y el hielo en una fiesta y la reunión termina por girar sólo en torno a ellos. Después resuena en mi cabeza “Ley de vasos comunicantes” y pienso ¿cómo coño era? Y como no me acuerdo me distraigo con mi típico “es que yo soy más de letras”.
Hasta ahí la versión resumida de uno de mis típicos divagues.
Lo raro de todo esto es que al doblar la última esquina antes de entrar en la calle en la que vivo me cruzo con un hombre y un nene. El primero - “Cuando se ponen en comunicación dos depósitos que contienen un mismo líquido que inicialmente están a distinta altura, el nivel de uno de los depósitos baja, sube el del otro hasta que ambos se igualan”.
Suelo hacer libre asociación de ideas mientras voy caminando por la calle y en mi condición de aficionada a la fotografía también suelo ir viendo potenciales fotos.
Así, iba recorriendo las calles que separan la parada del autobús de mi casa cuando veo un vaso de plástico tirado. El poco vino tinto que le quedaba dentro se volcaba y la mancha que formaba parecía sangre. Hice un click! mental y titulé la foto.
Seguí caminado pensando en vasos, en el capítulo ése de "Friends" en el que Phoebe está a cargo de los vasos y el hielo en una fiesta y la reunión termina por girar sólo en torno a ellos. Después resuena en mi cabeza “Ley de vasos comunicantes” y pienso ¿cómo coño era? Y como no me acuerdo me distraigo con mi típico “es que yo soy más de letras”.
Hasta ahí la versión resumida de uno de mis típicos divagues.
Lo raro de todo esto es que al doblar la última esquina antes de entrar en la calle en la que vivo me cruzo con un hombre y un nene. El primero - “Cuando se ponen en comunicación dos depósitos que contienen un mismo líquido que inicialmente están a distinta altura, el nivel de uno de los depósitos baja, sube el del otro hasta que ambos se igualan”.
Y me quedé parada en la esquina sin entender el momento que acababa de vivir.